Datos personales

Mi foto
Tal vez me ha incitado a hacerme este blog el hecho de que me cuesta decir lo que pienso, entre otras cosas. Puedo describirme a mí misma con bastante seguridad. Soy pesimista conmigo misma, bastante insegura; aunque cuando estoy segura de algo lucho por mantener bien alta mi opinión. Lo cual deriva a que sea muy cabezota, cosa que muchas veces me juega malas pasadas, pues no suelo guiarme mucho por los consejos de los demás y no me doy cuenta de que tengo que escuchar más allá de mí hasta que me estampo contra algún mal producto de ésta mi cabezonería. Creo que me sacaré el título de ayudante personal, ya que me encanta dar consejos y ayudar a los demás. Demasiado sentimental diría yo... Cosa que tampoco me lleva por muy buen camino, porque ésto me hace ser a la vez ilusa y muchas veces me llevo decepciones. Sí, sueño demasiado. Amante de la música ante todo. Sin música no habría luz ni color. Pienso que ésta es una gran vía que nos lleva y nos ayuda a expresar nuestros más profundos sentimientos. Enamorada de las miradas. Pues creo que ésta es la parte del cuerpo que lo dice todo de una persona. Amo los animales.

sábado, 25 de enero de 2014

La paz; una guerra sin violencia

Con tenues pasos y sin cautela,
vamos marcando el camino de nuestras vidas 
y forjando nuestra sociedad.
Pasos de miseria y egoísmo que van al compás de nuestra fría crueldad
y esconden los grandes pesos del poder y la riqueza
borrando el camino hacia la felicidad.
Olvidando poblaciones olvidadas
y aisladas que a la pobreza son arrastradas.
Arrasando campos y ciudades sin frontera con armas de alma en guerra.
Utilizando la política con destrezas y todo por una mísera bandera.
Así está el mundo, 
así nos lo muestra el día a día.
Así, por la misma razón por la que se desenfunda una espada se emprende la guerra;
por cobardía.
Nosotros queremos paz y amor,
nosotros queremos que resplandezca nuestro corazón.
Con egoísmo, racismo y muchos más idealismos,
queremos creer que todos pensamos lo mismo.
Queremos que nuestra opinión se globalice
y con bombas y presión se generalice.
Predicando la igualdad,
repartiendo esperanzas hasta la saciedad.
Compartiendo la ilusión por caminar sin mirar el sello de los demás,
conseguiremos formar nuestro camino estable,
y por la ruta más razonable,
llegaremos a zanjar nuestro acuerdo y compromiso con la paz.
Así está el mundo, 
así nos lo muestra el día a día.
Así, por la misma razón por la que se desenfunda una espada, se emprende la guerra;
por cobardía.

Nosotros queremos paz y amor,
nosotros queremos que resplandezca nuestro corazón.

martes, 20 de noviembre de 2012

Más que arte.

¿Habéis pensado qué sería de nosotros si no pudiéramos decir las cosas por escrito?, ¿cómo nos defenderíamos en la vida si no supiéramos escribir? El caso es que hasta no hace mucho; es más, a la vuelta de la esquina, la población analfabeta era una mayoría aplastante y los únicos que tenían conocimientos de escritura eran los eclesiásticos con el dominio de los centros de educación, por la necesidad de leer textos históricos y promulgar la palabra de Dios; bueno y unos pocos más, pero los cuáles constituían altos cargos.
Y es que, en el día a día necesitamos manejar la escritura; sí eso, es una necesidad más que nada. 
Por escrito nos comunicamos cuando no es posible hacerlo vía oral. Pero, ¿y si ésta es a veces una manera más cómoda y menos digna de comunicar las cosas?
Por escrito plasmamos nuestros sentimientos, pensamientos, porque tenemos esa concepción de que, eso que escribimos queda ahí para siempre grabado, pues tal vez queramos poner un énfasis en eso que queremos expresar, hacer más certero ese sentimiento, pensamiento. Liberárnos. Pero, es extraño ,manejándonos en ámbito de sentimientos, siempre tenemos esa carencia, esa abstinencia que sentimos de necesitar seguir escribiendo y diciendo lo que pensamos. Y ahí está la cuestión. Las cosas que diremos por escrito que tendríamos que haber demostrado o dicho con palabras... No nos damos cuenta, pero nos encerramos, nos escondemos en un conjunto de signos que forman el alfabeto, signos que nosotros inventamos, bueno, quitémonos importancia y démosela a los creadores de ésta, demósela a los egipcios. Claro, que yo me pregunto; ¿si no existiera la escritura, nos limitaríamos a callarnos lo que queremos decir por miedo al qué dirán, por cobardía, orgullo...?, ¿seríamos más propensos a demostrar lo que sentimos con hechos y no con palabras?, ¿o simplemente tendríamos más habilidad para expresar las cosas a través del lenguaje verbal?
Quién sabe. Sólo sé que la escritura más que un arte, es un arma de dominio, que si nos dejamos nos domina. Como ahora estoy haciendo yo.

viernes, 25 de mayo de 2012

Banco confidente.

Estaba sentada en el banco de siempre, donde tantas personas antes habían trazado sus respectivos pensamientos con cualquier objeto punzante. Escritos de amistad, amor e incluso diversas ideologías y doctrinas relevantes. La diferencia es que ella... no podía expresarlos con palabras. Tampoco demostrarlos sin ellas. Simplemente, se las guardaba, encajonadas en su mente, en sus canciones, donde sólo las veía reflejadas.Iba a ese lugar todas las tardes, después del colegio. ¿La razón?. Su admiración hacia esas personas capaces de expresar sus sentimientos, capaces de no callar todo eso que llevan dentro. En cambio a ella le podía el miedo.
Sólo había una cosa que le delataba y era, que cuando le miraba, el tiempo se paraba, se elevaba en una nube inmensa de calma, en un paraíso temporal en el cual nunca había estado y la verdad era que no sabía el motivo de ese sentir, de ese estado. Todos los días se preguntaba cómo no se había podido dar cuenta, pues nadie en este mundo le había sostenido la mirada tanto tiempo o eso pensaba. Nadie le había mandado tantas señales, pues la verdad que el lenguaje de las miradas es el que mejor se entiende. Tampoco sabía cómo había llegado aquello, ni cuándo. Sólo maldecía el momento en que llegó, porque sabía que era algo imposible. Aunque tal vez lo más costoso era confesarlo. Mil y una veces había tenido que sucumbir al hechizo de su mirada y mil y una veces se había percatado de que apenas había incidido en su manera de actuar, como si no se diera cuenta. Sólo sabía que pronto llegaría el día en que quedarse quieta no valdría ya, en el que tendría que elegir entre tirarse a la piscina o pasar página.

jueves, 26 de abril de 2012

El universo se queda pequeño.

Y las diría una y otra vez. Y las repetiría.
Porque cuando se trata de sentimientos, las palabras nunca son suficientes por mucho que tengan como pretensión acaparar todo ese universo infinito que llevas dentro.
Siempre dejan ese hueco incondicional para los hechos.

jueves, 2 de febrero de 2012

Para siempre

Desde que vamos al colegio y nos relacionamos con personas de nuestra edad, tendemos a formar grupos, tendemos a ir con personas que comparten nuestros gustos, formas, nuestros miedos y aficiones.
Normalmente vamos con quien mejor compaginamos.
Vivimos momentos inolvidables y que en esa etapa de nuestra vida nos parecen perfectos. No queremos separarnos de esas personas nunca y hacemos pactos y promesas para que eso no ocurra.
Pero según vamos creciendo, vamos conociendo a otras personas, vamos conformando nuestra personalidad, vamos redireccionando nuestra forma de ser. Ello conlleva a que cambiemos las amistades y siempre tendiendo a ir con quien más nos reconforte y con quien más confianza nos de.

Aunque el separarnos de nuestras antiguas cuadrillas siempre nos cuesta un poco, pues no queremos que piensen que no valoramos los momentos vividos con ellos o que cuando nos aburrimos de unas personas, vamos con otras. Solamente tenemos que admitir que cambiamos con el tiempo y que tenemos libertad de ir con quien queramos. Que no hemos hecho un juramento de fidelidad con nadie, por el momento. No podemos estar con alguien si no estamos a gusto, si no nos sentimos identificados.
Pero llega una edad, en la que llegamos a tener más claro lo qué queremos, en la que vamos teniendo ya nuestros gustos definidos y nuestra personalidad ya se ha conformado mayoritariamente. Entonces es cuando conocemos a otras personas con las que compaginamos más, las que nos hacen sentir realmente bien, pues las hemos encontrado teniendo ya seguro qué necesitamos que los demás nos aporten según cómo seamos. Entonces, es cuando, un  "para siempre", es, de verdad, PARA SIEMPRE.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Decepción.

Nervios, miedo; tal vez a fallar, a que se me olviden los acordes, la letra. A quedarme en blanco. Pero mi mayor miedo es que mi voz debido a la afonía no de la talla. De todas formas ya es tarde, no puedo echarme atrás. Y tampoco quiero tirar la toalla. Mi turno llega y a la vez mi inseguridad, sí, esa que últimamente me acompaña tanto. Salgo al escenario. Me colocan la banqueta, el micro, me dispongo a sentarme y sin pensarlo, acompañada de mi guitarra comienzo a cantar. De repente me quedo en blanco. Silencio en el salón de actos. Pero sólo pasan unos instantes cuando retomo la canción. 
No me escucho bien. Mi voz atacada por la afonía parece que no va a llegar a la subida de tono del estribillo. Y para colmo la guitarra desafinada. Habrá sido debido al cambio brusco de temperatura del gimnasio al salón o simplemente por ensayar. Todo ello crea una inseguridad en mí tremenda y con ella llega también la incertidumbre y desconcierto. Me empiezo a equivocar con los acordes...  Me levanto y sin pensarlo me dirijo hacia un lateral del escenario, donde se encuentran los del teatro, buscando un punto de apoyo y diciéndoles que no puedo seguir, que suspendan mi actuación. Pero el público pide que salga, animándome. Me siento impotente. Pero a contracorriente del miedo y frente a la presión salgo. 
Lo único que quiero es que corra el tiempo, bueno, rectifico; que corra no, que vuele, y terminar esos momentos de total desconcierto ante algo que había esperado con tantas ganas e ilusión desde hace un año.
Toco mi canción, aunque a medias. Con la guitarra desafinada, luchando contra mi afonía, con los acordes equivocados, dándolo todo por perdido, desanimada. Llego a la mitad de la canción y sin pensarlo dos veces decido darla ya por terminada. Doy las gracias a ese pedazo de público, al cual siento haber defraudado. Me dirijo al gimnasio. Y ahí aparece él en mi busca, en el justo momento en el que estoy buscando su hombro desconsoladamente, ese punto de apoyo que nunca me falta. Su calor, la seguridad que me aporta. Y entonces es cuando rompo a llorar.




viernes, 23 de diciembre de 2011

Año nuevo, vida nueva.

Sí, deseo que termine ya este año 2011. Quizás sea porque no me terminé las 12 uvas o porque no brindé con algo de plata metido en la copa de cava. O quizás mi deseo se lo llevó surcando el cielo una estrella que no era la mía.
Bien, pues eso. Que este año la suerte no me ha acompañado.
Ha tenido cosas muy buenas, todo hay que decirlo. 
He pasado un verano maravilloso, con momentos genialísimos junto a una amiga. He recibido a lo más bonito de éste mundo, mi enano, Luca.
Y en este curso he conocido a personas increíbles, a quienes en poco tiempo he cogido mucho cariño y que han influido muchísimo en mí.  
Y la verdad, que todas estas cosas pueden con todo lo demás.

Lo demás sí. El hecho de que por ciertas circunstancias éste ha sido un año poco productivo para mí. Lo podría definir como el peor año de mi vida, pero no quiero infravalorar las demás cosas buenas que me han pasado.
En general, no he conseguido mis propósitos. Todo lo que me he planteado, se ha ido al garete. Me he esforzado por conseguir ciertas cosas en vano.
Más concretamente, estoy sacando unas notas pésimas, bueno, las de ciencias. El esfuerzo que invierto en estudiar no es proporcional a los resultados que estoy sacando. Si yo siempre he sabido que soy de letras... pero también sé que soy una cabezona y cuando se me mete algo en la cabeza... Pero como digo en mi biografía, muchas veces por ser cabezota me estampo contra algo, es decir, me trago todas las consecuencias que conlleva mi cabezonería. 
Por otra parte, el 20 de Agosto, se fue de este mundo una persona increíble, maravillosa, a quien en muy poco tiempo había cogido un cariño inmenso. Demasiado diría yo. En poco tiempo influyó muchísimo en mi vida, pues siempre le había admirado por su talento hacia la música, concretamente hacia el rap. Su simpatía, siempre marcada por esa sonrisa pícara que me encantaba. Siempre esas ganas de luchar por lo que quería, que aunque algunas veces no lo conseguía, nunca se rendía. Sincero ante todo, autosuficiente y con muchísima personalidad. Dejaba huella por cada lugar por el que pasaba, en cada persona. Todo el mundo lo conocía, porque era un encanto y destacaba bastante. Pasé un curso genial a su lado. Aun me acuerdo de las clases de TIC, en las que si no me sacaba él tema la tonta de mí no sabía qué decirle... O esa tarde tan maravillosa que pasamos juntos, nunca se me olvidará. 
Cuando me lo dijeron no me lo podía creer. Pensé, ¿por qué él?. ¿Por qué ahora?. Pero yo, como siempre, cobarde con éstos temas no le dije todo lo que le tenía que decir, por miedo quizás o por no querer aceptarlo. Nunca le olvidaré.
Por todo ello, puedo decir que ha sido el peor año de mi vida. He pasado por situaciones diferentes, duras, por las que nunca había pasado antes. He vivido experiencias que creo que me han servido para aprender cómo es esta vida y que sólo hay una. Que en un instante, puede cambiar todo. Que las mil veces que te caigas, esas mil veces debes levantarte. Que de los errores se aprende. Y que nadie dijo que fuera fácil. Que las cosas cambian y hay que saber aceptarlo. 
Y que todo tiene su parte positiva y su parte negativa. Por eso a pesar de haber pasado por situaciones duras, éstas son las que realmente me han hecho aprender. 
Me llaman por teléfono, espero que sea la suerte para este 2012, que ya está viniendo hacia mi casa.